
Probablemente, la clave del éxito de una de las rapaces más abundantes de Europa sea la absoluta falta de especialización en cualquiera de las facetas de su biología. En efecto, el busardo ratonero es un ave acomodaticia, que puede reproducirse satisfactoriamente en infinidad de hábitats y de climas, que preda sobre un espectro amplísimo de la fauna local y que manifiesta una notable tolerancia hacia el hombre y las modificaciones que este impone en el medio.
Descripción Clasificación
Orden Falconiformes; familia Accipitridae
Longitud
46-58 cm
Envergadura
110-132 cm
Identificación
Es una rapaz de mediano tamaño, complexión robusta y coloración muy variable, que posee un aspecto bastante rechoncho cuando se la observa posada. En vuelo exhibe unas alas relativamente cortas y muy anchas y una cola no demasiado larga, que frecuentemente despliega en abanico, gracias a lo cual el ave puede practicar durante largo rato un vuelo sostenido que alterna con cernidos ocasionales. Su plumaje presenta numerosas variaciones individuales, por lo que se pueden observar desde individuos muy claros hasta ejemplares bastante oscuros. No obstante, la coloración más típica del adulto es de un tono marronáceo bastante homogéneo en las regiones dorsales y ligeramente más clara en las ventrales, donde aparece una franja pectoral blanquecina de desigual extensión (dibujo 1). En vuelo se hacen patentes unas amplias manchas relativamente claras —muy barradas— coincidentes con las rémiges primarias y secundarias en su cara ventral. Las alas muestran el borde posterior recorrido por una banda oscura, al igual que la cola, que puede aparecer variablemente barrada (dibujo 2). El joven presenta las partes inferiores de desiguales tonos marrones y las coberteras dorsales con bordes pálidos; además, su cola está finamente barrada, pero carece de la ancha banda terminal propia de los adultos. Visto ventralmente, no se aprecia con nitidez el reborde posterior oscuro de las alas, y tanto estas como el cuerpo dan la sensación de estar más estriados que barrados. Finalmente, a diferencia de los adultos, que poseen el iris de color oscuro, el del joven es bastante claro.
Canto
En vuelo emite con frecuencia un grito característico parecido a un maullido: piiiii aaaa.
Dónde vive En el mundo
La especie se reproduce en gran parte de Europa, la región macaronésica y una franja que recorre la zona intermedia del continente asiático hasta Japón, además de en otras dos áreas separadas de las anteriores: una entre los mares Negro y Caspio y otra al norte de la India. Se han descrito varias subespecies.
En España
Es una rapaz común y bastante extendida por nuestro territorio, donde ocupa casi toda la Península y Canarias, aunque está ausente de Baleares, Ceuta y Melilla. Resulta más frecuente, no obstante, en el cuadrante noroccidental, País Vasco, Navarra, Cataluña, Extremadura y Andalucía occidental, mientras que escasea hacia el Mediterráneo y en el 3 sureste. En la Península aparece la subespecie buteo, esto es, la misma que
se extiende por gran parte de Europa, mientras que en Canarias contamos con insularum, una subespecie endémica distribuida por todas las islas a excepción de Lanzarote. En paso y a lo largo de la invernada podrían llegar a nuestro territorio algunos individuos de la subespecie vulpinus, o ratonero de estepa, originario de regiones situadas al norte y al este de las ocupadas por buteo. En invierno recibimos un buen número de aves europeas, que se distribuyen por diferentes regiones del país, si bien las mayores densidades se registran en el valle del Ebro, el País Vasco, Extremadura y algunos puntos de Castilla y León.
Desplazamientos
Se trata de una especie residente en la Península, aunque algunos individuos —especialmente inmaduros— pueden llegar a efectuar largos desplazamientos. Es posible que se produzcan ciertos movimientos altitudinales de aves que se reproducen en áreas de montaña y que, durante el invierno, descienden a valles y llanuras buscando condiciones ambientales menos rigurosas. También se registra el paso de ejemplares de origen nórdico —las aves centroeuropeas invernan mayoritariamente en Francia—, gran parte de los cuales se queda a invernar, aunque otros cruzan el estrecho de Gibraltar entre mediados de septiembre y finales de octubre. El paso primaveral tiene lugar entre marzo y abril. Se desconocen los movimientos de la subespecie canaria y, más concretamente, los intercambios poblacionales que pudieran tener lugar entre las diferentes islas.
Población
La población europea de esta rapaz —de la que se han registrado notables incrementos en los últimos años— se estima en 710.000-1.200.000 parejas reproductoras. En España se calculan 13.000- 18.000 parejas peninsulares y 430-445 parejas en Canarias. Los mejores núcleos se sitúan en Galicia (3.000-4.000 parejas) y Castilla y León (2.500- 3.500 parejas), mientras que en Canarias destacan las poblaciones de Tenerife y Gran Canaria, con 170-180 y 115 parejas, respectivamente. A pesar del considerable incremento constatado respecto a la estimación anterior —establecida en 5.000-5.500 parejas—, es muy probable que este se deba a un mejor conocimiento general de la especie, aunque todavía es poco lo que se sabe acerca de la tendencia poblacional real del ave tanto a nivel peninsular como en Canarias.
Cómo vive Hábitat
Bastante poco exigente en lo que respecta al hábitat, a la hora de nidificar precisa, sin embargo, de un mínimo grado de cobertura vegetal. Por tanto, se lo puede encontrar en una gran variedad de hábitats forestales o parcialmente arbolados, desde bosques densos de montaña hasta dehesas, aunque gusta sobre todo de los paisajes abiertos, en mosaico, donde se alternen las áreas desarboladas con sotos, bosquetes y prados, desde el nivel del mar hasta los 1.600 metros de altitud. En invierno, las preferencias del busardo se hacen aún menos estrictas y aparece incluso en campos de labor sin apenas vegetación natural. En Canarias parece preferir áreas rocosas de laderas y barrancos, generalmente a bastante altitud.
Alimentación
En la variada dieta de esta rapaz se incluyen desde lombrices e insectos hasta carroñas diversas, además de micromamíferos — su presa básica en muchas regiones—, aves, reptiles, anfibios y conejos. Son muy acusadas las variaciones estacionales y locales en la alimentación 4 de esta ave, que siempre, dado su carácter ecléctico y oportunista, aprovecha cualquier recurso disponible, lo que sin duda favorece su éxito.
Reproducción
El periodo reproductor se inicia con vuelos continuados de la pareja sobre el territorio de cría para, posteriormente, proceder a la construcción de un nido o a la reparación de alguna de las varias plataformas que existan en el terreno. Se trata de estructuras de mediano tamaño —realizadas por ambos componentes de la pareja con ramas y palos y tapizadas internamente con hojas frescas—, que se sitúan a altura variable (a veces, a más de 25 metros) en la horquilla de un árbol. Las puestas tienen lugar, según las zonas, en abril o comienzos de mayo y constan de dos a cuatro huevos, en ocasiones cinco, de color blanco con manchas rojizas o marrones, en cuya incubación se emplean ambos miembros de la pareja durante 33-35 días. Los pollos son atendidos por los dos progenitores, aunque la hembra suele permanecer más tiempo en el nido, en tanto su compañero aporta las presas necesarias para alimentarse. A los 50-55 días los jóvenes completan su desarrollo y realizan los primeros vuelos, si bien permanecerán algún tiempo más en el territorio paterno hasta que inicien la dispersión, normalmente durante el verano. En Canarias las puestas se adelantan al mes de marzo y constan de dos a cuatro huevos que se alojan en nidos construidos sobre cortados rocosos, aunque los hay también situados en árboles y arbustos, a veces a muy baja altura.
Amenazas y Conservación
Hace algunos años, esta especie se vio muy afectada por la persecución directa de cazadores, ya que se la consideraba perjudicial para los intereses cinegéticos. Actualmente, siguen siendo muchos los ejemplares abatidos de forma ilegal, y a estos se unen las bajas ocasionadas por los tendidos eléctricos, los atropellos y los venenos, a los que el ave resulta sensible dados sus hábitos parcialmente carroñeros. En Canarias se citan como amenazas la destrucción y modificación del hábitat (talas a matarrasa, vertido de basuras y escombros en acantilados y barrancos próximos a urbanizaciones), las molestias humanas (turistas, prácticas silvícolas, arreglo de pistas forestales durante la incubación), los incendios forestales, la electrocución y colisión con tendidos eléctricos, así como la caza ilegal y el expolio de nidos. El busardo ratonero se incluye en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas como “De interés especial”, mientras que la subespecie canaria aparece en el Libro Rojo de las aves de España dentro de la categoría “Casi amenazado”.